Pulso Global
Por: Santos Salvador Cuevas
Especial para Pulso Global!
Lo que acaba de pasar en Paraguay, frente a un mandatario electo mediante el voto universal, secreto, directo y libérrimo del pueblo, es inaceptable e innegociable para cualquier demócrata en cualquier rincón de la tierra, más aún si los pueblos de América creían estos actos golpistas como cosa del pasado, que habían perimido con la guerra fría.
La reacción no se ha hecho esperar, en cadena se dejan sentir los pronunciamientos de toda la región, que rechaza el golpe en Paraguay y que solo reconoce al presidente Fernando Lugo como el representante genuino de la nación Latina.
Pero es inaceptable también la actitud poco consecuente, claudicante y cobarde del presidente Lugo frente a sus verdugos, no hay explicación que justifique el que, por un lado, Lugo diga que se ha dado una "herida a la democracia", y por el otro, diga que "acepto los resultados del Congreso" que le da el golpe. Eso se llama incoherencia, que surge como producto de la falta de carácter, en buen latín eso es claudicar y desfraudar a los electores.
Por eso, por la actitud inconsecuente del Presidente Fernando Lugo, las masas organizadas de Paraguay se han replegado y, de ser dueñas de las calles y de la resistencia interna, han pasado a ser simples expectadores de un proceso del que deben ser los protagonistas principales, delegando su papel de rechazo al golpe en manos de los gobiernos y las fuerzas que aman la democracia y la libertad en todo el Continente Americano.
El golpe debe ser rechazado, el pueblo de Paraguay debe presionar junto a los pueblos de América para que se retorne a la legalidad del gobierno, y presionar al presidente Fernando Lugo para que reivindique el juramento que hizo ante la Constitución de su país de defender y preservar la democracia.
El Presidente Lugo debe levantar la frente y presentar resistencia al golpe.
santoscuevasj@hotmail.com
