Pulso Global
Por: Santos Salvador Cuevas
Especial para Pulso Global!
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El anuncio en los medios de comunicación impresos de que la Junta Central Electoral, máxima instancia de los comicios nacionales, estaría sometida a una auditoria por la Organización de Estados Americanos (OEA), es la expresión más repugnante e inaceptable escuchada jamás desde hace más de 46 años, desde que se registrara la última intervención militar de los Marines gringos en 1965.
Esta es una acción irresponsable del gobierno dominicano, la que no admite el más mínimo debate, y que, lejos de enorgullecernos, nos llena de asco y vergüenza. Ni la JCE, ni la Iglesia Católica, ni el Poder Ejecutivo deben olvidar jamás que Santo Domingo es un país soberano, "libre e independiente de toda potencia extranjera", tal lo enseñara el Patricio Juan Pablo Duarte.
No hay pretexto ni texto legal ni moral que justifique esta acción. Solo en las colonias arrodilladas a las potencias extranjeras se asume en silencio tal ignominia contra el lienzo patrio. Esto podría servir para dar un barniz o compás de espera a un tribunal que se encuentra asediado, calumniado y torpedeado por el candidato del PRD, en esa lógica se ha de entender la acción complaciente de la JCE con la presencia en su seno de la OEA; pero ni aún así, es un costo muy alto y, como decía mi abuelo, así "resulta más cara la sal que el chivo".
Las diferencias nacionales se dirimen en las instancias de la República y con los órganos legales aprobados en el Congreso Nacional, pero jamás ninguna fuerza, por mucho poder que tenga sobre la faz de la tierra, es legal, ni justa, ni ética, ni agradable sobre pueblo soberano alguno.
De lo que se trata aquí es de un asunto de principio, que no se negocia ni con militancia partidaria, ni por toda la plata que un día saquearan de las minas de Potosí en Bolivia.
Los dominicanos debemos expresar nuestro repudio, nuestra indignación ante el hecho abominable de esta grosera injerencia de la OEA en nuestros asuntos internos. El gobierno dominicano, que tan dignamente preside Su Excelencia Doctor Leonel Fernández Reyna, debe tomar la palabra y enmendar esta metida de pata.
Los dominicanos debemos expresar nuestro repudio, nuestra indignación ante el hecho abominable de esta grosera injerencia de la OEA en nuestros asuntos internos. El gobierno dominicano, que tan dignamente preside Su Excelencia Doctor Leonel Fernández Reyna, debe tomar la palabra y enmendar esta metida de pata.
He dicho.
santoscuevasj@hotmail.com
