30/10/11

PRECISIÓN QUIRÚRGICA DE LA OTAN EN LIBIA DEJA EN EVIDENCIA SU CARÁCTER MACABRO E INUTILIDAD DE LA ONU PARA LA HUMANIDAD

Pulso Global



Por: Santos Salvador Cuevas
Especial para Pulso Global!

















Me impactaron las fotos que recorrieron el mundo dando cuentas de la caída en el campo de batalla del líder libio  coronel Moamar el Gadafi. Las imágenes fueron espantosas, no sólo por la figura del militar y dirigente en cuestión, sino por los sádico y sus implicaciones abusivas, criminales y violadoras al derecho en que se basa la convivencia humana. 


El derecho a la vida siempre debe ser sagrado e inalienable. Ni en el caso del más cruel de los criminales es permitido disponer de la vida de un  prisionero luego de ser apresado, por su puesto, a menos que no estemos frente a un poder unipolar, cuya misión sea violar y asesinar sin misericordia alguna sus oponentes, tal como acontece en Afganistán, Iraq y Libia.

Queda claro que en el caso en cuestión de Moamar el Gadafi, de un líder que representaba a un país soberano al que se le violentó su soberanía, y no sólo desde el momento en que la OTAN tomó control de su espacio aéreo, sino desde el instante en que desde 1968, el pueblo libio  terminó con la monarquía servil y lacaya del imperialismo y se asumiera un camino independiente a quienes se han erigido como los amos del planeta. Una y otra vez Gadafi y su familia fueron atacados, agredidos y sus hijos asesinados en bombardeas bien premeditados por el Departamento de Estado del Gobierno estadounidense. Es decir, el asesinato de Gadafi viene a ser la culminación de un plan que inició en 1968 y que, conforme pasó el tiempo y este se obstinó en mantener su verticalidad e independencia, se fue perfeccionando hasta concluir en aquella noche sangrienta.

La resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, vino a ser la pantalla legal que permitió dar el tinte de legitimidad a una invasión militar que como quiera se daría. El pretexto de proteger a la población civil y garantizar una zona de exclusión  para la oposición al régimen, no fue más que eso, un pretexto amparado en una resolución -en el órgano mundial- y al que violaron una y mil veces. Jamás en la historia humana se habían lanzado tantas bombas para destrozar sus edificios, sus aldeas y su población. Ni en Vietnam se vio tanto odio, ni tanto genocidio como el que vivió el pueblo libio, familias enteras fueron arrasadas y sus dirigentes perseguidos desde el aire con una precisión perfecta.

Gadafi fue cazado por la precisión de la tecnología de guerra y exterminio de la OTAN, apresado vivo, vejado, humillado, abofeteado una y mil veces, pateado, violado, asesinado, arrastrado por las calles, exhibido como un canguro en una    bóveda refrigerada y luego sometido a una campaña de descréditos y satanismo, tal si fuera la encarnación de satanás, y no el líder de un país agredido y resuelto a darlo todo, hasta su vida por sus derechos a ser libres. 

Gadafi se llevó a la tumba el honor de haber hecho de Libia el país de África con el nivel de vida más elevado. Un nivel cultural educativo envidiable. Se llevó también el ejemplo de ser solidario con la lucha de los pueblos que resisten y trabajan en el mundo por la paz, la solidaridad, la justicia y la independencia. Y se llevó, sobre todo, la grandeza de resistir hasta el fin todo el poderío de las potencias imperialistas y coloniales sobre su territorio. Gadafi dijo: "De aquí no me voy, aquí yo muero". Y de Libia no salió, luchó, resistió y allí murió. Es la coherencia y el valor de los hombres que prefieren ser libres o morir.  

Toda guerra siempre ha de tener un desenlace final y fatal, donde vencen los buenos o se imponen los malos; hay guerras justas y guerras injustas, dijo una vez el Presidente Mao Tse Tung. En Libia se han impuestos los injustos, los que han violado el derecho a la autodeterminación del pueblo libio. 

No necesariamente compartamos el estilo de gobierno que imperó en Libia, ni su religión, pero si reconocemos que ninguna potencia del mundo está llamada a erigirse en amo o gendarme de los demás pueblos. Ningún pueblo debe ser masacrado por sus riquezas naturales, como le ha tocado al pueblo de Libia. Es su petróleo, son sus riquezas la que le han llevado a sufrir esta carnicería y criminal intervención de la OTAN.

Los responsables de la OTAN son lo que deben ser llevados a los tribunales de La Haya, pues ese crimen innecesario fue fruto de la acción quirúrgica y precisa de la OTAN. Nadie podía movilizarse en masa que no sean los traidores que, desde tierra, actuaban y recibían las coordenadas de quienes controlaban los cielos en libia, eso explica el porqué a Gadafi lo capturaron prácticamente solo, con un par de soldados y su hijo que no le abandonó y que también fue degollado y fusilado a mansalva. Sólo así se explica el cómo lograron salir de Trípoli y llegar hasta su ciudad natal. Sólo así se explica que un comando armado y bien numeroso le aguardara a la salida de la ciudad la noche del día trágico y final para Gadafi y su hijo. Todo indica que los satélites de la OTAN ubicaron el desplazamiento de Gadafi y sus acompañantes con un pequeño grupo, cosecha de la experiencia acumulada en el terreno por la OTAN  que le indicaba que sólo en pequeño grupo pudo salir Gadafi de la capital, Trípoli, convertido entonces en principal campo de batalla sin ser ubicado. Así quiso desplazarse de su ciudad natal hacia lugar seguro, pero no le fue posible, pues desde los aires fue bombardeado y, con acción precisa y esperada, fue cazado por el comando de tierra, que en un lugar, a la salida de la ciudad, aguardaba las instrucciones de sus amos.

Los de la OTAN siempre fueron precisos en sus acciones. A inicio de la guerra invasora, al Jefe del Mando Unificado estadounidense para África, general Cartel F. Ham, los periodistas le preguntaron si habían civiles muertos en los bombardeos, él general dijo: "...No estoy seguro de poder decir que no ha habido civiles que se hayan visto empleados". Y continuo diciendo: "..estoy seguro de que quien está operando (en Libia) está siguiendo una lógica de precisión absoluta. Nuestro pilotos están desarrollando su labor con precisión quirúrgica".

Habló claro el general Cartel F. Ham. Es justo que ahora, por los crímenes de guerra, alguien responda o sea citado ante el Tribunal de la Haya, más el mundo sabe que nada de esto ha de pasar, pues estamos ante instancias bajo dirección y control de los nuevos amos del mundo.


El panorama que nos toca vivir en el mundo de hoy es sombrío, aterrador...más, no perdemos las esperanzas de que resurja en el mundo una fuerte corriente de opinión que se base en demandar la trasformación de esa mascarada llamada ONU, para dar paso a un foro donde se aborden con equidad -y sin temor ni manipulación- los candentes problemas que afectan esta aldea global. ¡¡Que no muera la esperanza!!

santoscuevasj@hotmail.com