Como si se repitieran en replica los acontecimientos de la época colonial, este fin de semana se juntaron en Inglaterra representantes de las potencias aliadas que, con bombas y misiles destrozan al país africano. Su único objetivo: Cómo hacer el reparto de Libia cuando caiga el Gadafi. La reunión, que además de Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña y comparte, contó con representantes de la Liga Árabe, nos trae a la memoria los sucesos de 1777 en la que las principales potencias de entonces -Francia y España- se juntaron para firmar el llamado "Tratado de Aranjuez", mediante el cual se repartieron en dos el territorio de Quisqueya. Así partieron en dos el territorio, dando nacimiento al Saint Domingue Francés y el Santo Domingo Español, maldición con la que hemos cargado a lo largo de la historia, pues, consecuencia de ese reparto entre potencias coloniales, es lo que conocemos hoy como Santo Domingo y Haití.
Las potencias imperialistas de hoy, a cuya cabeza está el Gobierno de Estados Unidos, se disputan en Gran Bretaña el pedazo de Libia que toca a cada quien. Mientras las autoridades Libia, en un esfuerzo contra reloj. cargando con la dignidad que falta a muchos en el mundo, mediante misiva enviada a esta "cumbre", reclaman el cese de las agresiones a su territorio. Es vergonzoso y macabro el panorama, pues nada va a detener el bombardeo indiscriminado que hoy afecta a Libia, a no ser que, las fuerzas que aman la paz mundial y para Oriente Medio, intensifiquen las movilizaciones a escala global. Esta situación no la provoca la confrontación interna de Libia, sino que la misma a venido siendo trabajada desde el momento mismo que se da la revolución verde de 1969. Las confrontaciones internas en Libia, han dado a Estados Unidos y aliados la justificación esperada para lanzarse tras el petróleo y las riquezas del pueblo norafricano.
Con la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, que sirve de base jurídica a la invasión, los aliados se han limpiado el fuchero con ella, pues, lejos de proteger a la población civil y establecer la llamada zona de exclusión aérea, la OTAN y las fuerzas militares sobre el terreno, solo actúan para armar hasta los dientes a la oposición al régimen y contener los intentos de retomar control de su territorio por las fuerzas leales al coronel Muammar el Gadafi. Mientras tanto el Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. Ban Ki-moon, ha venido actuando como un fiel lacayo, (incompetente y servil) comparado sólo a un gobernador de aquellos que enviaban desde Europa a controlar las colonias americanas en la Edad Media.El mundo debe estar alerta, pues por mas control que tengan las potencias de las corporaciones noticiosas, la humanidad a escala planetaria es testigo y observa con terror los abusos y violaciones que se cometen contra un país pequeño de apenas 5,000,000 de haitantes en el norte de África. La situación y los bombardeos que allí se suceden, no guardan relación con otro igual en la historia moderna del globo. Que nadie se llame a engaños, que nadie se crea falsas expectativas, a los libios solo le queda prepararse para lo peor.
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